Se graba en horario laboral diciendo que tiene el trabajo “más fácil del mundo” y termina siendo despedido

Patrocinados:

Sin palabras.

En la cabina de su furgoneta de reparto, con el brillo de un chaleco de seguridad reflejando la luz del día, un joven trabajador encendió la cámara de su móvil y se dispuso a compartir un momento de introspección laboral. La jornada transcurría como cualquier otra, entre la rutina y la satisfacción de un trabajo que, aunque sencillo, le proporcionaba una sensación de bienestar. Sin embargo, lo que comenzó como una reflexión despreocupada, pronto se convertiría en el preludio de un giro inesperado en su vida.

Patrocinados:

Desde el corazón del Reino Unido, un mensaje grabado en video se abrió paso a través del vasto océano digital, llevando consigo la voz de un joven repartidor que, sin saberlo, estaba a punto de cambiar su destino. Ollie Tutt, un muchacho de 19 años, se había ganado la vida entregando pedidos para la reconocida cadena de supermercados Sainsbury’s hasta que, a finales de marzo, decidió expresar su opinión sobre su empleo en la plataforma TikTok.

Patrocinados:

«Si quieres un empleo fácil…»

“Si quieres un empleo fácil, ve a trabajar a Tesco (otra compañía), Sainsbury’s y haz estos malditos repartos. Es posiblemente el trabajo más fácil que tuve, el mejor pagado y me cuidan”, declaró @olliedtutt con una sonrisa franca, mientras el mundo pasaba por la ventana de su camioneta.

Patrocinados:
@olliehosty #fyp #sainsburys ♬ original sound – olliehosty

Patrocinados:

“No hago mucho, solo me siento al lado de la carretera esperando para hacer estos pedidos. Todos los clientes son jodidamente encantadores y no he vivido ninguna situación en la que se hayan comportado como unos imbéciles”, continuó, alabando la cordialidad de aquellos a quienes servía. Pero no todas sus palabras fueron de elogio; también hubo espacio para la crítica constructiva hacia otros aspectos de la empresa.

Patrocinados:

“No trabajes dentro de las tiendas del supermercado, eso es una basura y aburrido. En serio, si quieres hacer un trabajo fácil, haz esto”, aconsejó, marcando una clara distinción entre la libertad de las rutas de reparto y la monotonía percibida detrás de los mostradores.

Las consecuencias de su viralidad.

El eco de su mensaje resonó con rapidez, alcanzando a miles de usuarios en poco tiempo. La viralización fue tal que incluso atrajo la atención de sus colegas y superiores. “Recibió mucha más atención de la que pensaba y causó un pequeño problema. Mi jefe me dijo que al gerente de la tienda no le importaba mucho realmente, aunque el hecho de que yo insultara en el clip es algo malo para la empresa”, confesó Tutt días después, revelando las repercusiones internas de su espontánea divulgación.

Patrocinados:
@olliehosty Reply to @seatibizafr10 lost my fookin job #fyp #sainsburys ♬ original sound – olliehosty

La situación escaló rápidamente y, en una vuelta de tuerca que nadie esperaba, el joven anunció su despido. “Pasó una semana y me echaron por ‘mal comportamiento’ y ‘desprestigio’. Definitivamente causó algún daño jaja”, compartió con sus seguidores, encontrando humor incluso en la adversidad.

Patrocinados:

Con la incertidumbre acechando su futuro, Tutt expresó su preocupación: “Sí, me despidieron y ahora me preocupa cómo voy a pagar el alquiler en una semana”. La comunidad virtual, que antes le había advertido sobre las posibles consecuencias de sus acciones, ahora se convertía en testigo de las mismas.

“No era para tanto, son una empresa multimillonaria y les importa un solo vídeo. Sí, tenían toda la razón en predecir que perdería mi trabajo, que se vayan a tomar viento. Ahora voy a postularme a otras ofertas laborales”, anunció, mostrando una resiliencia y un espíritu de superación ante la adversidad.

Ante las consultas de la prensa, un portavoz de Sainsbury’s mantuvo una postura reservada: “No podemos hablar de casos individuales de colegas. Cualquier decisión de revisar el trabajo de un compañero no se toma a la ligera y se basa en una serie de factores”. Así, el caso de Tutt se convierte en un recordatorio de la delicada línea que existe entre la expresión personal y la imagen corporativa en la era de las redes sociales.