El éxito de sus espectáculos
Rafael Amargo ha sido uno de los bailaores más reconocidos y premiados de su generación. Su compañía, creada en 1997, ha presentado espectáculos que han combinado el flamenco más puro con la danza contemporánea y otras artes. Algunos de sus montajes más aclamados han sido Amargo, Poeta en Nueva York, El amor brujo, Tiempo muerto o DQ… Pasajero en tránsito. Amargo ha recibido cuatro Premios Max de las Artes Escénicas, el Premio Positano Leonide Massine de la Danza y el Premio APDE, entre otros galardones.
La versatilidad de su talento
Rafael Amargo no solo ha destacado como bailarín y coreógrafo, sino que también ha explorado otras facetas artísticas. Ha participado como actor en películas como El corazón del guerrero, La mala educación o Torrente 3, y en series de televisión como Hospital Central, El comisario o La que se avecina. También ha sido jurado en programas de talentos como Mira quién baila o Top Dance, y ha colaborado con artistas de diversos ámbitos, como Luis Gordillo, Bruce Weber o Rosario Flores..
La traición que hundió a Rafael Amargo
Rafael Amargo, el famoso bailarín que fue detenido por delito contra la salud pública, vivió una dramática situación que le marcó profundamente. Así lo reveló el fotógrafo Gustavo González, que soltó la bomba que aún retumba en el mundo del espectáculo.
González contó que hace unos años, un íntimo amigo de Amargo le pidió que se hiciera unas pruebas de paternidad por uno de sus hijos. El resultado fue devastador: el hijo no era de Amargo, sino de su amigo. El bailarín tuvo que enfrentarse a un proceso judicial y a una sentencia que le quitó los apellidos de su hijo.
Las consecuencias de la infidelidad
Esta dolorosa experiencia habría provocado que Amargo cayera en una profunda depresión y que aumentara su consumo de sustancias. Según González, el artista estuvo a punto de cometer una locura y tuvo que recibir tratamiento psicológico.
Además, el fotógrafo aseguró que Amargo intentó filtrar esta información a la prensa para promocionar su obra Yerma, que finalmente fue cancelada. Sin embargo, María Patiño, otra periodista, dijo que ella también tenía conocimiento de esta historia y que no le parecía ético usarla para fines publicitarios.