Presencia en el Funeral de Windsor
Juan Urdangarin se destacó entre los asistentes al funeral en memoria de Constantino II, hermano de la reina Sofía. La ceremonia, llevada a cabo en Windsor, marcó el primer aniversario de su partida. Esta ocasión reunió a Juan con la familia real griega, sus abuelos y numerosas personalidades de la realeza europea.
Un Apoyo Familiar Inesperado
A pesar de su habitual rechazo a los eventos públicos, Juan hizo una excepción notable. Rompió su regla personal para ofrecer apoyo y consuelo a su abuela durante este momento difícil. Su presencia subraya el profundo cariño que siente por ella, reflejado en su compromiso compartido con la solidaridad.
Motivaciones Personales
Consciente de la dificultad que representaba para su abuela conmemorar la pérdida de Constantino, Juan decidió acompañarla. Trabajando en Londres, no dudó en trasladarse a Windsor, demostrando así su principal razón para asistir: la familia.
Un Silencioso Acto de Desafío
La presencia de Juan también tuvo otro propósito: una silenciosa venganza contra sus tíos, los reyes. Según reportes, evitó cualquier interacción con ellos, incluso los saludos básicos, dejando en claro su desaprobación hacia el trato que sus padres recibieron tras el escándalo del caso Nóos.
Apoyo a su Madre
Juan asistió al evento no solo por su abuela, sino también para mostrar apoyo incondicional a su madre, afectada emocionalmente por su reciente divorcio. Llegó a Windsor del brazo de ella, simbolizando su compromiso de estar a su lado.
Un Nuevo Rol Familiar
Este gesto también sugiere que Juan está dispuesto a asumir el rol de su padre, ahora ausente en la familia. Como el hijo mayor, parece decidido a ser un ejemplo para sus hermanos y a acompañar a su madre en futuros compromisos oficiales y familiares, roles que sus hermanos y primos maternos no asumieron en el funeral.