Un trágico accidente en Alía marca el incendio que asoló la localidad
Lo que comenzó como un día de alarma y tensión en la pequeña localidad cacereña de Alía, debido a un incendio forestal que se acercaba peligrosamente al casco urbano, se convirtió en una tragedia cuando un vecino de 80 años sufrió un terrible accidente que lo dejó en estado de muerte cerebral. Este incidente ha conmocionado profundamente a los habitantes del pueblo, que celebraban sus fiestas patronales cuando ocurrió el suceso.
El anciano, en un gesto de solidaridad y valentía, se acercó a la zona afectada por el incendio con la intención de ayudar en las tareas de control del fuego. Según explicó la alcaldesa de Alía, Cristina Ramírez, es probable que el hombre no se percatara de la llegada de un hidroavión que intervenía en la extinción del incendio, o que el piloto no lo viera debido al humo denso que cubría la zona. En un desafortunado giro de los acontecimientos, el avión descargó una gran cantidad de agua directamente sobre él, causándole heridas gravísimas que lo han dejado en estado crítico en la UCI del Hospital Universitario de Cáceres.
El fuego y la solidaridad de un pueblo en alerta
El incendio, que se originó cerca del casco urbano de Alía, generó momentos de gran nerviosismo entre los vecinos, quienes, ante la proximidad de las llamas, no dudaron en actuar por su cuenta para proteger sus hogares. Armados con mangueras y cubos de agua, lograron humedecer el perímetro de sus propiedades, ralentizando el avance del fuego hasta que llegaron los medios de extinción del Plan Infoex, que habían estado combatiendo otro incendio en Valdecaballeros, a unos 30 kilómetros de distancia.
«Gracias al esfuerzo de los vecinos, se pudo frenar un poquito el avance del fuego hasta que llegaron los medios», relató la alcaldesa, quien también destacó la rápida y efectiva intervención de los equipos de emergencia, que lograron controlar el incendio una vez que pudieron concentrar todos sus recursos en Alía. El uso de la piscina municipal como fuente de agua para los hidroaviones fue uno de los factores que facilitó la labor de extinción, según explicó Ramírez.
Una comunidad en shock y un pueblo de luto
El incidente que dejó al vecino de 80 años en estado crítico ha dejado una profunda huella en la comunidad. Con apenas 800 habitantes, Alía es un lugar donde todos se conocen, lo que ha hecho que la tragedia golpee con más fuerza. «Estamos todos muy afectados. Es una situación muy dolorosa para todos nosotros», expresó la alcaldesa.
El Servicio Extremeño de Salud (SES) confirmó el estado gravísimo del anciano, que permanece ingresado en la UCI con un diagnóstico de muerte cerebral. Este trágico accidente ha llevado a la suspensión de las actividades festivas programadas para el fin de semana, incluyendo los festejos taurinos, como muestra de respeto y solidaridad con la familia del afectado.
Investigación y respuesta al incendio
Mientras la comunidad de Alía trata de procesar la tragedia, las autoridades investigan las causas del incendio que puso en peligro al pueblo. Según explicó la alcaldesa, el origen del fuego sigue siendo un misterio: «Algunos vecinos pasaron por la zona minutos antes y todo estaba tranquilo, pero a su regreso, el incendio ya avanzaba rápidamente. No sabemos exactamente cómo se produjo».
La Junta de Extremadura activó la situación operativa 1 del Plan Especial de Protección Civil ante Incendios Forestales de Extremadura (Infocaex) debido a la peligrosidad del incendio y su proximidad a las viviendas. Esta situación operativa se mantuvo activa desde las 17:15 hasta las 20:30 horas del sábado, período en el cual el fuego fue controlado gracias a la movilización de 35 efectivos, entre ellos bomberos forestales, medios aéreos, agentes del medio natural, y personal del SEPEI, la Guardia Civil y Cruz Roja.
El rápido despliegue de estos recursos permitió que el incendio, que amenazaba con causar estragos mayores, fuese finalmente controlado, aunque no sin dejar tras de sí una sensación de vulnerabilidad y tristeza en esta pequeña localidad extremeña, que ahora enfrenta no solo las secuelas del fuego, sino también el dolor de una familia que lucha por sobrellevar la inesperada pérdida de uno de sus seres queridos.