Un adiós inesperado que sacude a Norma Duval
El mundo de Norma Duval se tambalea ante un golpe que nadie podía prever: la muerte de su sobrino Juan Carlos, de tan solo 36 años, hijo de su hermana Carla y el empresario Rafael Rojas. Esta tragedia ocurre casi una década y media después de que la vida de Carla fuera truncada por un cáncer en 2010, dejando a Norma con la inmensa responsabilidad de cuidar a sus sobrinas gemelas y ofrecer su apoyo a Juan Carlos, quien desde entonces había atravesado momentos de profunda angustia, especialmente tras el nacimiento de su propio hijo.
La vida parecía estar dándole una tregua, pero el dolor ha vuelto a tocar a la puerta de Norma con una intensidad devastadora. En exclusiva, el equipo de Europa Press ha capturado el momento en que la exvedette, visiblemente abatida, ha llegado al tanatorio de La Paz. Vestida con un luto que refleja el dolor de su alma, sus gafas de sol no lograban esconder la tristeza que se apoderaba de su rostro. Agarrada de la mano de su prima Sonia y acompañada de su hermano Albino, la familia mostraba una unión férrea en medio de la tormenta emocional que los envuelve.
Un adiós marcado por lágrimas y recuerdos
En un ambiente cargado de pesar, la primera en hacer acto de presencia en el tanatorio fue Paula Paredes, la hermana menor del fallecido. La joven influencer, conocida por su cercanía y carisma en redes sociales, no pudo contener las lágrimas al entrar al recinto, vestida de negro y con una camiseta de Valentino Rossi, un gesto lleno de simbolismo en honor a su hermano mayor. Paula, quien siempre ha mostrado una fortaleza admirable, no pudo esconder el abrumador dolor que siente la familia Rojas-Paredes en este momento tan difícil.
La llegada de otros miembros de la familia no hizo sino subrayar la gravedad de la pérdida. Marc, Yelko y Christian, primos del fallecido, llegaron con el corazón hecho pedazos, vestidos con trajes negros que acentuaban el luto que lleva esta familia. «No es una buena mañana», comentó Marc con la voz quebrada, una frase que encapsula la angustia que sienten todos los presentes. Poco después, su prima Andrea Paredes, también visiblemente afectada, entró al tanatorio, intentando ocultar su tristeza tras un bolso que cubría parcialmente su rostro.
El dolor de la familia Rojas-Paredes es palpable, cada gesto y mirada refleja la tristeza de perder a un ser querido demasiado pronto. La unión y el apoyo mutuo en este adiós desgarrador se han convertido en la única luz en un momento tan oscuro para todos ellos.